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HUMANIZAR RIBADEO. José Mª Rodríguez Díaz (2006)

   Publicado no blog de José Mª Rodríguez o 20 de novembro de 2006

Lunes, 20 de noviembre de 2006

HUMANIZAR RIBADEO

• Publicado por jmrd_ribadeo a las 19:48

Humanizar Ribadeo es una bonita expresión que, por el uso reiterado que hace de ella, ha puesto de moda el teniente de alcalde de este concejo. Es una expresión 'moi novidosa', como él suele decir. Sobre todo, después del largo período de crispación en que estuvo sumida la vida ciudadana por la mala gestión de la alcaldía. Después de oírla proclamar tantas veces al Sr. Suárez Barcia, uno piensa si de verdad estuvimos viviendo hasta ahora en una villa deshumanizada, como él proclama con su mensaje. ¿Es eso verdad? Cada quien tendrá su opinión. Las personas mayores son testigos del Ribadeo de otras épocas en las que, quizás con menos dinero, la vida era más grata y tranquila de lo que es hoy. Aquel Ribadeo que, como dice Victor Moro, 'destacaba por su pujanza ciudadana y su potencial progreso en toda la amplia comarca mariñana'. En contraste con el de hoy, cuya gestión municipal está limitada - y vuelvo a citar las palabras de Victor Moro - 'al arreglo de algunas calles peatonales, a un ridículo estanque en las cercanías del Parador, a un posible elevador desde Porcillán a la Atalaya de dudosa utilidad o a la colocación de monecos'. Pero es probable que, a pesar de eso, el Sr. Suarez Barcia tenga razón. Si, es necesario humanizar Ribadeo. Es necesario devolverle a esta villa los valores humanos que tuvo en tiempos pasados, no tan lejanos, y de los que ahora carece.

Pero humanizar Ribadeo no es sólo renovar sus calles y alcantarillas, poniendo bancos y arbolitos, como hace el Sr. Suárez Barcia.

Para empezar, hay que decir que para humanizar Ribadeo es necesario cambiar las personas que lo gobiernan, por su forma de administrar el concejo, sus hábitos y actuaciones y su alarmante poca eficacia en la gestión.

Porque humanizar Ribadeo significa bajar los impuestos y las tasas atosigantes que el gobierno, del que forma parte el teniente de alcalde, impone al pueblo, de forma tan descarada, para poder hacer frente a las nóminas de sus dos regidores.

Humanizar Ribadeo significa procurar que el sol penetre en sus calles reduciendo las inhumanas alturas de sus edificios, evitando las ilegalidades en la construcción, como está ocurriendo hoy por ceder ante las presiones de los promotores.

Humanizar Ribadeo es liberar las calles y vías públicas de su permanente ocupación por las obras que se están construyendo, actuando con desidia para beneficiar a los constructores en detrimento de los usuarios.

Humanizar Ribadeo significa desterrar de la villa la contaminación acústica producida por las bandas rugosas y los decibelios de la movida para devolverle a la villa la paz y el silencio nocturno que necesita para que la gente pueda dormir y descansar.

Humanizar Ribadeo significa tener la seguridad de que las propiedades y bienes de los vecinos están seguros y a salvo del vandalismo de los gamberros.

Humanizar Ribadeo significa tener limpias y en buen estado sus calles para que la gente circule por ellas sin sufrir los malos olores de los contenedores o las molestias de los enseres depositados en ellas y en las aceras.

Humanizar Ribadeo implica el ejercicio de la transparencia en la gestión de los recursos municipales facilitando la información que solicita la oposición y los ciudadanos. Bien están los bancos, árboles y papeleras y la renovación de las calles con que el teniente de alcalde quiere humanizar Ribadeo. Y el pueblo se lo agradece. Pero humanizar Ribadeo es mucho más que eso. Es, en una palabra, respetar los derechos de los vecinos, escuchando sus quejas y dando respuesta a sus demandas, sin evasivas, y gestionar los recursos públicos para que los ciudadanos tengan una vida mejor. En fin, es evitar gravarlos con los excesivos impuestos y tasas que les imponen para que los dos regidores puedan cobrar su nómina todos los meses. Eso, sí, sería humanizar Ribadeo. Porque hubo otros tiempos en los que, con menos bancos, árboles y papeleras en sus calles, era bastante más humana la vida en esta villa de lo que es hoy.-

José Mª Rodríguez

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