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RIBADEO, ¿UNA VILLA O UNA CIUDAD? José María Rodríguez Díaz (2007)

   Pasaron as eleccións e está en xogo o modelo do Ribadeo que queremos. A disyuntiva que presenta José María Non é nova nin vella, pois abrangue un longo periodo de Ribadeo. Pero si é certo que a proposta reiterada marcou o comezo da alcaldía de Fernando Suárez, que asumiu sen consulta que todo ribadense quería unha Ribadeo-cidade. Por outra banda, particularmente, sempre sentín que era máis difícil quedarse nun punto medio, aproveitando as vundades do pequeno e as avantaxes do grande -aínda que sexa, coido, o mellor-.

Miércoles, 06 de junio de 2007

RIBADEO, ¿UNA VILLA O UNA CIUDAD?

• Publicado por jmrd_ribadeo a las 16:11

Con este comentario no se pretende desvirtuar la labor desempeñada por D. Fernando Suárez Barcia en el concejo de Ribadeo a lo largo de este pasado mandato. Hay que reconocer que trabajó con denuedo. Otra cosa es valorar si ese trabajo desarrollado por el BNG es el que le corresponde hacer a un concejo. Y el pueblo se lo reconoció en las urnas. No se esperaba otra cosa, por otra parte, de quien percibía el correspondiente salario por su dedicación a la alcaldía.

Y hay que admitir y valorar como se merece la visión que tiene este político acerca de lo que debe ser un urbanismo de calidad para el concejo de Ribadeo, aunque luego, visto como transcurrieron las cosas con los convenios urbanísticos y el Plan de Urbanismo tramitados por el concejo en el mandato anterior, no demostrase ser muy consecuente con sus posturas.

Es, precisamente, de urbanismo de lo que se va a tratar en este comentario. Lleva ya mucho tiempo defendiendo insistentemente el portavoz del BNG, D. Fernando Suárez, y lo hace con obsesión recalcitrante rayana en la monotonía, la idea de que pretende convertir a Ribadeo en una pequeña ciudad. Concretamente, en el semanario La Comarca del Eo, de 19 de mayo, decía literalmente: 'Queremos demostrar que podemos, e sabemos converter a Ribadeo nesa pequena cidade que todos queremos'.

Se que esta mi opinión no representa, quizás, el sentir de todos los vecinos de esta villa. Pero, dicho esto, he de manifestar que no me siento incluido entre eses 'todos' que, según él, quieren convertir a Ribadeo en una pequeña ciudad. Mi ilusión es poder vivir en una pequeña villa, tal como es hoy Ribadeo. O como era en los años sesenta, si fuese posible, en donde todos se conocían y la vida era más humana. Y ello porque estoy convencido, en contra de lo que el Sr. Suárez Barcia opina, de que el hecho de vivir en una ciudad no me haría sentir más feliz. Es cierto, y lo reconozco, que una ciudad puede ofrecer más recursos y posibilidades que una pequeña villa. Pero no es menos cierto que genera, también, más problemas y dificultades para vivir. Alcanzar el justo equilibrio entre estos extremos es el dilema. Y no se trata de poner obstáculos al desarrollo y crecimiento natural de la villa de Ribadeo. Pero el esfuerzo de un político debe estar dirigido a convertir lo que hoy tenemos y disfrutamos en un espacio apropiado para cubrir, sin carencias, las necesidades de los vecinos. Forzar su expansión hasta convertirla en una ciudad, como nos promete D. Fernando Suárez, no creo que vaya a hacer más felices a los vecinos.

Porque, ¿Qué es y en dónde está la felicidad, ese bien supremo que todo el mundo pretende alcanzar? Lo sabía bien fray Antonio de Guevara cuando, cansado de la vida sofisticada de la ciudad y de la corte, escribió su obra famosa: Menosprecio de la corte y alabanza de la aldea. La felicidad no es otra cosa más que ese sentimiento que embarga el estado de ánimo del hombre cuando alcanza el bien deseado. Por lo tanto, la felicidad no depende de tener más calles y casas más altas, más lugares de diversión y servicios, más gente circulando por las aceras o más coches en las calles, sino de estar satisfecho con los servicios justos y necesarios que necesitamos, sin padecer carencias. Le recomendamos a D. Fernando Suárez la lectura de la novela 'El bosque de Nadgor' (1). para ilustrarse sobre este tema.

Para tomar la decisión de hacer de Ribadeo la ciudad que todos queremos se debería recabar la opinión de los vecinos de Ribadeo sobre este extremo, después de explicarles las ventajas e inconvenientes de las dos opciones: vivir en una ciudad o en una villa pequeña. Porque ese es el dilema. Dar por supuesto el deseo de los vecinos, como se hace en el caso presente, es suplantar su voluntad.

¿Fueron, acaso, consultados los vecinos acerca el tipo de villa y de concejo que querían, a la hora de diseñar el Plan de Urbanismo? Los que, como el portavoz del BNG, ejercen en la política están acostumbrados a gobernar a su antojo, amparados en la representación que les dieron las urnas, pero prescindiendo de la voluntad del pueblo que les votó. Y así, las decisiones que toman pueden ser muy legales, pero no necesariamente son las mejores por estar tomadas de espaldas al pueblo. Lo que significa, una vez más, lo alejados que están del pueblo los políticos que nos gobiernan.-

José Mª Rodríguez

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1 Novela de Farruco Graña, que no 2015 sería concelleiro no equipo de goberno de Fernando Suárez.

 

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