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EL PLAN SECTORIAL DE RIBADEO. José María Rodríguez Díaz (2009)

    Velaeiquí un pequeno resume: Moitas preguntas, poucas respostas. E, no medio, opacidade. O tema? Espazo para construír...

    En ribadeando hai outros artigos publicados naquela época sobre o plan sectorial. Entre eles: Sobre o plan sectorial galego de solo residencial en Ribadeo. Xuntanza esta tarde na Casa da Xuventude. Tema: Plan sectorial. E tamén José María escribiu algún máis relacionado.

Sábado, 03 de enero de 2009

EL PLAN SECTORIAL DE RIBADEO

• Publicado por jmrd_ribadeo a las 10:35

Opinar sobre los acontecimientos políticos que tienen lugar en la vida local no es fácil tarea; tiene sus riesgos. Las opiniones que surgen en la comunidad de vecinos sobre las cuestiones locales suelen ser muchas y variopintas. Y no todas coincidentes, pues dependen de la forma en la que afectan a cada uno o de la visión que cada uno tiene de las cosas.

Estos días pasados ha sido noticia el llamado Plan Sectorial Galego de Solo Residencial. Un proyecto de la Xunta que afecta a ciertos concejos, entre los que se cuenta el de Ribadeo. Y, como no podía ser de otra forma, ha sido la mecha que ha encendido los ánimos del amplio colectivo de afectados por este proyecto.

Contado en muy breves palabras, se puede decir que se trata de un programa de desarrollo urbanístico, dirigido a urbanizar las bolsas de suelo no edificadas, formadas por huertas familiares y solares que se encuentran dentro del casco antiguo de la villa. Con este Plan Sectorial se pretende construir en ellas unas cien viviendas, de carácter semiprotegido la mayor parte, con algunas zonas verdes y unas plazas de aparcamientos.

Así planteado el asunto parece que no debiera encontrar obstáculo alguno para ser aceptado por todos. Pues, regular la edificación de los espacios vacíos del casco antiguo antes de diseñar una dispersión urbanística en el extrarradio, como se pretendió hacer con los famosos convenios urbanísticos de Pérez Vacas, parece lo más razonable. Y así lo entiende sabiamente el alcalde. Con el cierre de estas manzanas inacabadas se trata de evitar el encarecimiento de los servicios públicos, equipamientos sociales y embellecer la imagen del centro urbano. Por el contrario, fomentar la expansión de la villa hacia el extrarradio, dejando en su centro superficies sin edificar, ni parece lógico, ni tiene sentido, además de ser antieconómico para el concejo.

Pero lo que ha desatado la fuerte polémica y la oposición a este planteamiento por parte de los afectados es, sobre todo, tanto la forma opaca con que se hizo, como lo que implica de atentado contra el derecho natural subjetivo de la propiedad.

Pretender sacarlo adelante contra la voluntad y el rechazo de los afectados no parece ser el camino adecuado, ni social ni políticamente. Pero es a eso a lo que nos tienen acostumbrados nuestras autoridades desde su oligocracia. Se olvidan las buenas maneras democráticas que pasan por el diálogo, la transparencia y la interlocución con los afectados. Y en este caso se ha actuado a espaldas de los vecinos, escatimando el tiempo y la información suficiente para que el pueblo se pueda enterar y defender de las consecuencias de este programa.

Otro punto importante que suscita el rechazo de los afectados es que se percibe como un atentado al derecho de propiedad, básico en nuestra cultura greco latina. Existen, sin duda, otras vías de negociación para que la Xunta y el Concejo puedan alcanzar el objetivo que se proponen sin tener que acudir a la amenaza de la expropiación. Un recurso que se viene utilizando con demasiada ligereza en los últimos tiempos, como se hizo en el año 1994 con la figura del agente urbanizador en la comunidad valenciana, hoy vigente en nuestra autonomía, y que muchos interpretan, y creo que no les falta razón, como una forma de robo disimulada. Y para más inri no le falta su tono jocoso a este Plan cuando fija el precio del suelo en seis euros por metro cuadrado, según se comenta. Un derecho, el de la propiedad, amparado por la misma Biblia cuando en el séptimo mandamiento prohíbe robar.

Por otra parte, un proyecto de esta envergadura, que afecta profundamente a la fisonomía de la villa de Ribadeo, exige un amplio consenso. No puede ser decidido ni impulsado por un pequeño grupo de cuatro concejales, aunque ostenten la gestión municipal. La trascendencia de este diseño para la villa y la misma prudencia aconsejan el acuerdo de todos los concejales, buenos o malos, como garantía de la representatividad mayoritaria de la voluntad popular.

Son muchas las incógnitas que quedan aún por aclarar. No parece sensato continuar con este proyecto mientras no se expliquen debidamente a la ciudadanía. Porque, ¿en qué va a consistir realmente este proyecto? ¿Qué vara de medir se va a utilizar y cómo se va a compensar a los que tengan que perder la propiedad de sus bienes? ¿La ejecución de este proyecto se va a atener a las mismas normas, fijadas por Patrimonio, que limitan las actuaciones de los demás vecinos en el casco antiguo? ¿Cómo va a incidir esta actuación en la imagen y en el paisaje de la villa? ¿No sería una mejor solución dedicar esos espacios a zona verde? Y, finalmente, ¿está justificada, realmente, la necesidad social de estas viviendas, cuando otras a su lado se están cayendo y hay tantas viviendas vacías en Ribadeo? Son preguntas cuyas respuestas se deben pensar y aclarar en un marco de diálogo sereno e interlocución con los afectados y los vecinos.-

José Mª Rodríguez

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