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LAS CONSECUENCIAS DE GOBERNAR SIN PROGRAMA .José Mª Rodríguez Díaz

   Do blog de José Mª, 'O Cargadoiro', xa inoperativo. As ligazóns están postas ó ser reproducido o texto inicial neste blog. E unha nota para a comprensión: esta entrada prodúcese pasado o ecuador do mandato de Balbino Pérez Vacas no concello.

Miércoles, 21 de junio de 2006

LAS CONSECUENCIAS DE GOBERNAR SIN PROGRAMA

GOBERNAR SIN PROGRAMA

Nunca, en la historia de los tiempos recientes, han gozado nuestros ayuntamientos de tanto poder y autonomía, de tantos recursos y tantos medios para llevar adelante una gestión eficaz y brillante. Mayor disponibilidad presupuestaria, más recursos humanos y dotacionales, y, sobre todo, mucho más personal contratado y generosamente pagado. Pero si analizamos la actividad actual que desarrollan, con aquella que se efectuaba en tiempos pasados, hay algunos concejos que no resisten la comparación.

El de Ribadeo, sin ir más lejos, es un ejemplo. Nunca en su historia alcanzó niveles tan altos de personal trabajando a su servicio. Nunca alcanzó cifras tan altas de gastos en nóminas de personal. Multiplicó los gastos con contrataciones de lujo e innecesarias. ¿Y qué trabajo está haciendo hoy el ayuntamiento, que pueda justificar su existencia, después de privatizar la recaudación de los impuestos, la gestión del agua, el punto limpio, y otros servicios?

¿A qué dedican su tiempo nuestros gestores en el concejo? ¿Cómo justifican el salario diario de 22 500 de las antiguas pesetas el alcalde y de 12 300 su segundo de a bordo? El crecimiento actual de Ribadeo, no se debe al impulso municipal. Es la iniciativa privada, el motor de su crecimiento, que arranca y se desarrolla por impulso de factores ajenos a la labor de este gobierno. ¿En qué se entretienen, entonces, nuestros gestores?

Cuando se gobierna sin programa, como en este caso, no hay objetivos. Se va tratando de resolver el día a día. Los grandes retos que Ribadeo tiene pendientes, han de esperar tiempos mejores. Un geriátrico digno de esta villa, con capacidad suficiente para su población actual y futura. Unas viviendas sociales que ofrezcan alternativas a los que no tienen vivienda, ni posibilidad de poder alcanzarla. La creación de las adecuadas infraestructuras para que la masa forestal del concejo se traduzca en riqueza para nuestro mundo rural. Los aparcamientos necesarios para que la gente pueda acceder a nuestra villa con comodidad. Una regulación adecuada del Plan de Urbanismo, limitando las alturas para que el sol entre en las calles. Aplicar la normativa y no mirar para otro lado cuando se cometen ilegalidades en la construcción. La creación de zonas verdes, para tener una villa más humana y habitable, sin concesiones a la especulación.

Nuestros gestores invierten su tiempo en hacer cosas que nada tienen que ver con el desarrollo y las necesidades de nuestra villa. Cosas como la instalación de un ascensor en la Atalaya, cuya conservación y atención gravará, de forma importante, las arcas municipales. O los muñecos colocados hace ya tiempo en la villa. El derroche de dinero empleado en señales innecesarias, que en nada mejoran las que ya existían, y el pésimo mobiliario, ya oxidado, que compraron para humanizar nuestras calles. Y otras actuaciones intrascendentes que en nada serio contribuyen a diseñar el futuro de nuestra villa y cubrir nuestras necesidades prioritarias. En esos juegos se entretienen y en viajar pasan su tiempo. Pero, las viviendas sociales, el polígono, el Plan General de Urbanismo y la circunvalación siguen en donde estaban.

Y esto es lo que pasa por gobernar sin aplicar un programa. Unos años perdidos en los que no se hizo otra cosa que gravar a los ciudadanos con nuevos y mayores impuestos para subirse sus nóminas y dedicarse a presentar denuncias en los juzgados. La actual vida municipal está en los momentos más bajos de su historia. La decepción es general. El pueblo está indignado y cansado de ver tantos viajes y tanto juzgado. Por ello, por no hacer lo que prometió, creemos que este gobierno ha perdido la legitimidad y la suficiente fuerza social para seguir gobernando en nuestro nombre.-

José Mª Rodríguez

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