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ATMÓSFERA DE CRISPACIÓN. José María Rodríguez Díaz (2008)

    Case 15 anos despois, segue de actualidade a crispación inducida no pobo a partir da crispación política como alternativa á política 'auténtica', a diversos niveis. A idea está exposta de xeito claro.

Sábado, 10 de mayo de 2008

ATMÓSFERA DE CRISPACIÓN

• Publicado por jmrd_ribadeo a las 16:19

En estos pasados años se han llegado a alcanzar altas cuotas de crispación entre los políticos de los dos grandes partidos y algunos nacionalistas, tanto en el parlamento como en los mismos medios de comunicación, sin concesiones al respeto ni a la cortesía parlamentaria. Los reproches y acusaciones cruzadas entre las distintas fuerzas políticas de derechas, de izquierdas y nacionalistas formaban parte de la vida con la que los ciudadanos teníamos que convivir a diario. Temas relacionados con el fenómeno del terrorismo, la estructura del Estado, la economía o la corrupción en la vida política eran el menú diario de la vida de los ciudadanos, amenazando la convivencia social.

A esta lamentable sensación transmitida desde los ámbitos nacionales se añadía en nuestro propio concejo de Ribadeo la alta crispación soportada por las actitudes del gobierno de Pérez Vacas en el pasado mandato. Actitudes que alcanzaban su punto álgido de confrontación en los plenos en los que abundaban las intervenciones a cara de perro, sin respeto al contrario y a sus planteamientos. Comportamientos inapropiados con intervenciones amenazadoras y escandalosas entre el alcalde de entonces y algunos concejales de la oposición que, a veces, acabaron en los juzgados. Y esta atmósfera de crispación acumulada por las constantes riñas y acusaciones que se vivían constantemente en el consistorio trascendía el ámbito de los plenos para situarse en la vida social de la calle.

Ante esta atmósfera de crispación cabe preguntarse si esta actitud de la clase política responde al sentimiento de la sociedad. Es decir, ¿la distinta afinidad política que tienen los ciudadanos los lleva a enfrentarse entre sí en la calle como lo hace la clase política que dicen representarlos? Es evidente que no.

¿Por qué, pues, la clase política que nos gobierna, tanto en los municipios como a nivel nacional, anda siempre a la greña entre ellos, enfrentados por cualquier cosa, intentando contagiar con sus actitudes a los ciudadanos a quienes representan? Es decir, ¿esta crispación de la clase política es reflejo del sentir popular? Parece que no. ¿Por qué riñen, entonces?

Porque eligieron la vida política para vivir de ella. Así de prosaico. Y es por eso que cuando un político debate cualquier cuestión con un adversario de otra formación política lo que menos le importa es el bien del ciudadano. Sólo ve en el debate con el adversario la posibilidad de que el otro le arrebate su protagonismo y con él el puesto de que disfruta.

Y la fidelidad absoluta que debe guardar a sus líderes, estén equivocados o no, priva en ellos por encima del interés general, pues de la obediencia ciega a las órdenes de sus superiores depende su permanencia en las convocatorias electorales. Como decía aquel conocido político: el que se mueva no sale en la foto. Lo que es igual a decir que su vida futura depende más de la obediencia a sus dirigentes que de la defensa de los intereses del pueblo. Es de ahí de donde proceden las posturas intransigentes que bloquean una adecuada acción de gobierno y generan la crispación entre ellos.

Y aunque la sociedad no está tan crispada como la clase política, porque sus problemas son otros, son ellos los que con sus actitudes crean el caldo de cultivo adecuado para trasladar este estado de crispación al mundo de la ciudadanía.

El resultado de todo esto es que la sociedad está cansada y sin ilusión por la vida política. Es necesario alejar de la sociedad este clima de crispación. Inaugurar una nueva etapa de serenidad en la que los ciudadanos puedan recuperar la tranquilidad y el sosiego. Porque una política de crispación como la que hemos vivido no es una buena respuesta a las necesidades del pueblo. En Ribadeo parece que se han sosegado los ánimos. Ya no hay altercados en los plenos. La crispación padecida en el pasado mandato parece ya superada a pesar del esfuerzo de algunos por mantenerla. El estilo del alcalde actual parece situarnos en otro mundo distinto. Hoy se percibe en la calle un ambiente general de tranquilidad y de paz. ¿Será efímera o duradera?

Únicamente se oye algún comentario en los corrillos que se organizan en el Breogán como aquel que da cuenta del próximo nombramiento para el senado de la nación de una figura señera de Ribadeo. Pero la noticia no es sorprendente, pues, como dice el Eclesiastés: ‘nihil novum sub sole’, el hecho no es nuevo. La historia se repite. Ya antes el emperador Calígula había obligado al senado de Roma a nombrar senador a su caballo.-

José Mª Rodríguez

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