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RELOJ, NO MARQUES LAS HORAS. José Mª Rodríguez Díaz (2010)

    Os vericuetos da vida municipal non se lle escaparon a José María. Esta é unha mostra máis...

Viernes, 05 de noviembre de 2010

RELOJ, NO MARQUES LAS HORAS

• Publicado por jmrd_ribadeo a las 11:26

Temerosos algunos gestores locales del incierto futuro de su permanencia en los cargos políticos de nuestro concejo y para asegurarse su continuidad en el puesto, no encontraron mejor solución que intentar parar el transcurso inevitable del tiempo que irremisiblemente los acerca a las elecciones para someterlos al juicio de los votantes. ¿Cómo? Tarea imposible para el ser humano, que para eludir el paso del tiempo sólo le queda el recurso a la estrategia del avestruz que consiste en ocultar la cabeza bajo el ala ante el peligro. Y lo mismo que el avestruz, aquí el truco consiste en evitar que el reloj marque las horas deteniendo el paso del tiempo para intentar engañarse a si mismos.  Eso es lo que hacen nuestros gestores al evitar reparar el reloj del área recreativa de O Cargadoiro para impedir que marque las horas. Un artilugio solar destinado a embellecer el entorno paisajístico en el que está situado y destinado al mismo tiempo a proyectar la sombra de su aguja sobre las horas para atracción de los curiosos y transeúntes. El estado de abandono en que se encuentra desde hace ya mucho tiempo, sin aguja que marque las horas, es la expresión más elocuente del abandono en que se halla el cuidado medioambiental de este concejo. Cuando las cosas que se deterioran no se reponen, se convierten en la expresión más patente del descuido y la desidia de los responsables municipales.

Una actitud de abandono que se refleja, asimismo, en las fuentes públicas decorativas de la villa de Ribadeo. Tres fuentes, convertidas en la expresión de la impotencia de un concejo que quiere y no puede, impropias de una villa que pretende convertirse en una pequeña ciudad, con sus calles decoradas con arbolitos, bancos y jardineras por doquier. Tres fallidos intentos de fuentes, convertidas en unos ridículos estanques, sin ningún elemento medianamente decorativo al estilo de los que se usan en estos artilugios ornamentales, dignos de una villa como Ribadeo, que logre cautivar por breves momentos la mirada de los residentes y transeúntes. Y por si esto no fuera bastante, la más céntrica de ellas se encuentra hoy convertida en el simbólico de la desidia y del abandono en que se encuentra el parque de esta villa. Unas ridículas fuentes expresión de aquella enloquecida euforia económica de aquellos tiempos boyantes en los que el dinero circulaba con tanta abundancia que no importaba en qué se gastaba; ya fuera en fuentes, estatuas, ascensores, o en incontroladas contrataciones de personal, incrementos de nóminas, bolsas de dinero para repartir y demás actuaciones de derroche.

Pero ante estas expresiones de abandono, decadencia y ruina que se empiezan a ver en algunas partes de la villa, testimonio de las carencias de las arcas municipales y de la desidia de los responsables, el uso de los fondos municipales sigue el mismo camino del gasto abusivo, incontrolado y negligente de antes.

¿Cómo se pueden explicar, sino, las actuaciones seguidas por el concejo en el despido de una profesora de la Escuela de másica Municipal, por el que resultó el concejo condenado a pagar una indemnización de más de 41 000 euros? ¿Cómo se puede sacar a concurso la plaza de una trabajadora que la disfrutaba en su condición de contratada indefinida para un trabajo fijo y periódico desde el año 1995, sin poner en peligro las arcas municipales? ¿Era necesario exponer al concejo al pago de esta cantidad extraordinaria por el despido de esta trabajadora fija, sin otra razón que lo justificara? ¿Harían lo mismo si estuviera en juego su propio dinero en vez del dinero del pueblo? ¿O se trata, acaso, de utilizar el dinero público para satisfacer actitudes y sentimientos personales contra la citada profesora? ¿No estamos ante una actuación caprichosa y arbitraria del concejo? Son éstas preguntas que la gente se hace y que deben ser aclaradas satisfactoriamente a los vecinos de este concejo que se preguntan porqué razón no se respetaron los derechos de esa profesora, porqué se jugó tan alegremente con los fondos públicos municipales, porqué, además, se recurre ahora el fallo del tribunal exponiéndose una vez más a perder el recurso y a tener que pagar más dinero público, en vez de readmitirla inmediatamente en su puesto de profesora como manda la sentencia.

He aquí una forma demasiado imprudente de administrar el dinero que aportamos con nuestros impuestos y que llevan al concejo a la situación en que está. Unas actuaciones que tuvieron su origen en el pasado mandato del PSOE, en manos del Sr. Pérez Vacas, en el que abundaron los juicios y las condenas. Actuaciones que hoy se repiten cuando se hacen diagnósticos falsos de los problemas y se les aplican remedios equivocados.


José Mª Rodríguez


 

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